lunes, 5 de noviembre de 2012

La raíz del problema


Es absurdo señalar como problema social de base el derroche del dinero público, los coches oficiales o lo mucho que gasta la monarquía. Caer en estos discursos demagogicos no nos servirá para encontrar el bienestar, sino más bien para caer en ideologías basadas en la mentira y en el odio. 

Qué duda cabe de que estos males (la monarquía, la corrupción, el derroche...) deben ser paliados, pero no son la raíz del problema. La raíz del problema es el sistema de producción capitalista que, entregando la posesión de los medios de producción (como una fábrica), financiación (como un banco) y distribución (como un centro comercial) a una pequeña clase social impide que sean atendidas las necesidades de la población.

Así, tenemos banqueros que con su permanente y anárquica búsqueda del beneficio nos arrastran a crisis cuyo coste recae sobre el trabajador. Tenemos centros comerciales que antes de regalar comida la tiran, pues les es más provechoso. Tenemos fábricas y empresas que buscan a toda costa bajar salarios y alargar la jornada laboral, movidas por el beneficio económico, que parece ser lo que impera en nuestras sociedades. Fabricamos comida suficiente para abastecer a 13.000 millones de personas y sin embargo cada día mueren 25.000 por desnutrición. Construimos millones de casas para que se las quede la banca, mientras jóvenes no pueden independizarse y familias enteras son desahuciadas a porrazos. ¿Qué duda cabe de que el objetivo del capitalismo no es satisfacer nuestras necesidades sino engordar la cartera de unos pocos?

Las instituciones del Estado, lejos de ser imparciales ante esta nefasta situación (nefasta para los trabajadores, no para quienes detentan el poder económico), se sitúan claramente del lado del poder. Las leyes permiten evadir miles de millones de euros a paraísos fiscales e impiden ocupar plazas. Los jueces encierran al pobre que roba para comer y absuelven al banquero que roba porque es banquero. La policía golpea al ciudadano que pide democracia y defiende a los empresarios de los malvados huelguistas. 

Los medios tampoco son imparciales ante el drama que vivimos. Financiados por grandes empresas y bancos, se sitúan siempre al lado de estos. Chávez, que invierte en sanidad y educación es un ''populista que no entiende de economía'', y los economistas liberales y nuestros gobiernos, que recortan, mienten, se esconden y nos hunden en la miseria son ''políticos serios''. Quienes protestan son ''radicales'' y quienes provocan hambre y guerras son ''emprendedores''. Los pueblos que luchan contra el yugo occidental son ''terroristas'', pero ''nuestras'' tropas son soldados por la paz que realizan ''intervenciones humanitarias''. Casualmente lo hacen en países ricos en recursos energéticos. He aquí la doble moral de la maquinaria mediática capitalista. Nadie que pretenda ver la realidad puede hacerlo valiéndose de medios financiados por la clase dominante.

La solución es relativamente simple: la construcción de un sistema en el cual los medios de producción, financiación, distribución, así como los medios, sean posesión de los trabajadores. La mayoría social puede servirse de las instituciones del Estado para imponer la justicia. Invertir en educación y sanidad y no en bombas y rescates bancarios. Que la policía se limite a asegurar el orden público en lugar de defender el orden capitalista. Que las decisiones económicas se tomen por consenso, no por imposición. Que los trabajadores se apropien de las imprentas, que dirijan sus propios periódicos y extiendan un sinfín de opiniones por todo el país. Que nos eduquen en la solidaridad y no en la competencia.

Esto va a costarnos sangre, sudor y lágrimas. Los poderosos no abandonarán sus privilegios sin oponer una férrea resistencia. La Historia nos lo ha probado cientos de veces. Pero si debemos morir por algo que sea por la construcción de la democracia en nuestro país. Es sin duda más productivo que morir tirados en la calle porque hemos sido desahuciados por un señor al que poco le importa el bienestar social.

Autor: @UlianovVladimir

1 comentario: